Alberto Barciela
Querido Mariano José, admirado maestro:
Mi carta no es romántica. Es fruto de la pasión por escribir en un mundo de arrebatadas formas, decires urgentes, irreflexivos o interesados -los creados, como diría Jacinto Benavente-. Tus escenarios locales se han ensanchado hasta ocupar el mundo y aun así resultan insostenibles e inconformes, buscan un más allá de la comprensión racional de los tiempos. Bien es cierto que la naturaleza acaba por ponernos en nuestro lugar, nos desborda con sus acaloramientos repentinos, con la confirmación de las más radicales exageraciones. La peste ahora se apellida COVID, el tipismo es global y comunicar lo hace cualquiera que disponga de un artilugio tecnológico llamado móvil.