- La Fiscalía de Sinaloa encuentra el cadáver de Luis Enrique Ramírez, una de las voces más reconocidas de la prensa de Sinaloa, envuelto en una bolsa de plástico
Unos individuos armados secuestraron a Luis Enrique Ramírez el pasado miércoles 4 de mayo, sobre las 22.00 de la noche, cuando el escritor y periodista se dirigía caminando a una tienda cercana a su casa. A la mañana siguiente, la Fiscalía encontró su cadáver envuelto en una bolsa de plástico de color negro, a las afueras de Culiacán, la capital de Sinaloa. Tenía 59 aсos, era fundador y director de ‘Fuentes Fidedignas’, colaborador de varios medios nacionales y uno de los comunicadores más prestigiosos del Estado, pero la ola de violencia que atraviesa la prensa mexicana terminó por arrastrarle consigo. Ramírez es el noveno periodista asesinado en México en lo que llevamos de año.
La escena que se encontraron los investigadores en el lugar donde se produjo el secuestro no invitaba al optimismo. En el suelo había varias manchas de sangre y una de las sandalias que llevaba puesta Ramírez. Los testigos señalaron que el periodista se encaró con los secuestradores y que estos le dispararon. El desenlace del trágico suceso ha sido confirmado por Sandra Bruna Quiñónez, fiscal de Sinaloa, a través de sus redes sociales: «nuestras sinceras condolencias a su familia y nuestro compromiso de trabajar en esclarecer este hecho». Si atendemos a las estadísticas, la esperanza de encontrar a los culpables es más bien escasa: más del 90% de los crímenes en México quedan impunes.
«Yo sí siento el peligro inminente de que yo soy el que sigue, porque hay un patrón en cuatro asesinatos recientes, en el que yo encajo», aseguró Ramírez al periódico Noroeste en el año 2015. Este veterano periodista era uno de los rostros más conocidos de los medios de comunicación de Sinaloa: en sus inicios pasó por las redacciones de los periódicos locales ‘Noroeste’ y ‘El Debate’ y, actualmente, colaboraba como analista político y columnista en medios como ‘Milenio’ o ‘Viceversa’.
Entre 1992 y 1997, se mudó a Ciudad de México para escapar de las amenazas que había sufrido en su natal Culiacán y trabajó para ‘El Financiero’, ‘El Nacional’ y ‘La Jornada’. En el año 2010, las amenazas volvieron a obligar al periodista a refugiarse en la capital mexicana, donde se puso bajo la protección de la organización no gubernamental Artículo 19. Además de su faceta periodística, Ramírez también escribió dos libros: ‘La Ingobernable’ y ‘La muela del juicio’. Su trabajo fue reconocido con 14 premios de periodismo a nivel estatal y nacional.
Este año está siendo especialmente violento para la prensa del país, en poco más de cuatro meses ya han sido asesinados nueve periodistas por ejercer su profesión: Margarito Martínez y Lourdes Maldonado, en Tijuana; Roberto Toledo y Armando Linares, en Michoacán; Heber Lуpez, en Oaxaca; Jorge Luis Camero, en Sonora; Juan Carlos Muñiz, en Zacatecas; José Luis Gamboa, en Veracruz y el último, Ramírez, en Sinaloa. Sindicatos, ONGs y asociaciones periodísticas han salido a las calles varias veces en los últimos meses para denunciar la delicada situación que atraviesa el gremio, trabajando en un contexto sumamente violento, con escasa inversión gubernamental en programas de protección y unos niveles de impunidad indignantes.
El presidente del país, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), tampoco ha ayudado a mejorar la situación. El líder mexicano mantiene una guerra mediática con los periodistas críticos con su Gobierno, a los que llama «mercenarios» y «golpistas», alimentando un clima hostil hacia la prensa. AMLO ha creado una sección semanal en sus conferencias de prensa titulada ‘Quién es quién en las mentiras de la prensa’ e incluso, después de que una investigación periodística desvelara el lujoso estilo de vida de su hijo en EEUU, el presidente se atrevió a desvelar en público los presuntos ingresos y propiedades del periodista que había firmado la noticia: «gana como 15 veces más que yo», aseguró AMLO.
López Obrador va camino de convertirse en el presidente de México que registra los peores índices de violencia. Desde que asumió el poder, el 1 de diciembre del 2018, y hasta la fecha, un total de 58 comunicadores han sido asesinados. Sus predecesores, Enrique Peсa Nieto y Felipe Calderón, registraron 47 y 48 en sus respectivos sexenios y a AMLO aún le quedan más de dos años de mandato. Debido a los altos niveles de violencia y «la infernal espiral de impunidad», Reporteros Sin Fronteras considera a México como «el país sin conflicto armado más peligroso para la prensa en todo el mundo».
Fuente: El Mundo