Alberto Barciela.
Leemos para viajar. Viajamos para vivir. Escribimos nuestras experiencias reales o imaginarias para compartirlas. Al abrir un libro permitimos que nuestra mente se expanda. Cuando leemos buscamos el sentido del mundo. No de lo inmediato, en que simplemente intentamos comprender y asumir, condicionados por la contaminación ambiente; sino el de la vida. Tratamos de hallar la fórmula secreta, las razones del Ser y del Estar, el porqué de las cosas y de nosotros mismos.
Leer es visitar a los autores antiguos, o los lugares en los que hemos estado o aquellos a los que nunca arribaremos. Descifrar proyectos e ideas expresadas es introducirnos en una suerte de aleph o en el espejo de Alicia o en la descripción precisa de una historia o lugar o en la de seres que existen o existieron. Así, si tiras de un hilo antiguo, darás con Bretoña, una parroquia y una villa española del municipio de Pastoriza, en la provincia de Lugo, Galicia. Un lugar mágico, próximo al Mondoñedo de Álvaro Cunqueiro, Leiras Pulperio, Marina Mayoral, Noriega Varela o Pascual Veiga. Un territorio único en una comarca en el que la naturaleza es exuberante en matices, prodigiosa, propicia a los seres de mentes abiertas, inspiradas, creativas, e incluso a merlines. La belleza es ahí algo tangible y entusiasta.
«Entre las nieblas de la historia perviven el cuento y/o la tradición, la cultura popular y el ingenio elevado […]»
Y, como un prodigio, aparece Bretoña -Britonia-, conocida como la cuna probable del obispo Mailoc, firmante en los Concilios galaicos de Lugo (569) y Braga (572). Según fuentes diversas, el prelado bretón surge con la llegada masiva al norte de Galicia de refugiados celto-britanos procedentes de las Islas británicas, después de la invasión anglosajona. Esta diócesis fue sustituida por la de Mondoñedo en la segunda mitad del siglo IX.
Igual da si la realidad se mezcla con la ficción, o si esta supera a la anterior. Entre las nieblas de la historia perviven el cuento y/o la tradición, la cultura popular y el ingenio elevado. Lo probable se convierte en místico, lo terrenal en divino, y así, entre bosques y montañas, en valles de inagotables matices, surgen seminarios, capillas, iglesias, monasterios, catedral -posiblemente la más antigua de España-, molinos, pazos, fuentes o puentes, lugares y espacios de intercambio que, a lo largo de los siglos, frecuentan feriantes, campesinos, reyes, gastrónomos, comerciantes, hosteleros, cuenta cuentos, literatos, religiosos, artistas, boticarios, magos, curanderos, con sus saberes y oralidades impagables. No es extraño que la realidad mágica naciese en estos parajes, pues es consustancial al clima de esta tierra de encrucijada y Camino de Santiago, de ires y venires, y a la sensibilidad y capacidad de sus gentes inteligentes, despiertas, esforzadas, abiertas al saber y al imaginar, universales.
Esther Eiros, «una superviviente, una dama del trabajo y de la vida, […] de indudable compromiso y profundas convicciones»
Repito, si tiras de un hilo antiguo, darás con Bretoña. Y en ella darás con Esther Eiros. Lo tengo escrito: “una superviviente, un dama del trabajo y de la vida, una persona de indudable compromiso familiar y de profundas convicciones, de verdades expresadas con la libertad de sentirse, cada día, conforme consigo misma y al servicio de los demás, de modo peculiar cuando nos habla desde las ondas. Cada fin de semana desde hace varias décadas todo se hace transparencia en una voz agradable, firme, acomodada sobre una cama musical y siempre en compañía de su gente. En los precedentes Radio Miramar, RNE, Radio Minuto; en el presente, Onda Cero y Atresmedia…”.
Medalla Castelao, gallega buena y generosa, Esther acaba de donar sus libros, guías y fotografías de viajes – acumulados en 52 años de dedicación profesional a la comunicación y al turismo-, a la ciudad de Mondoñedo, a su comarca al fin y a Galicia, para crear una biblioteca especializada en viajes y un ámbito cultural que acogerá conferencias y encuentros. El espacio Esther Eiros, Gente Viajera lo ofrece la donante a la memoria de su tía Purificación Rascado Alonso “la persona que me regaló mi primer libro de tapas blandas con poesías de Rosalía de Castro que -junto a la lectura del clásico Cumbres Borrascosas, de Emily Brontë, y de obras de Emilia Pardo Bazán- me inclinó hacia el periodismo, a escribir historias y poesía”. Eiros explica, en relación a su interés por la información turística, que nació “partiendo de aquella maleta de cartón que me llevó a la capital de España desde la estación de Lugo a Madrid en el que era mi primer viaje en tren. Desde entonces ha llovido mucho. Y ahora estoy viendo el resurgir de la bella ciudad de Mondoñedo, a donde llegan muchos peregrinos por el Camino Norte de Santiago”.
«En la próxima Feira de As San Lucas, habrá mucho más que celebrar.»
Si es maravilloso descubrir el contenido de un libro, cuanto más lo es abrir una biblioteca. Esther Eiros es una creadora de mundos que retorna con sus bártulos a origen, dispuesta a compartir travesías plenas de nuevas emociones con los lectores, oyentes e investigadores de viajes.
Sentarse en esta nueva biblioteca, será recomenzar a tejer y a destejer, a leer a Ulises, a proseguir resolviendo el eterno enigma de la felicidad, utilizando en ello el viaje, incluso por territorios infundados, imaginados. De todo eso saben bien los intelectuales de Mondoñedo, el lugar en donde la magia se hace real, historia, religión, arte o literatura. Todo “es sencillamente hermoso: dulce bajo el sol, enorme y melancólico bajo la lluvia”, escribió don Álvaro.
En la próxima Feira de As San Lucas, habrá mucho más que celebrar.
Por el hilo antiguo daremos con ese lugar en donde el mundo ha dado en llamarse Bretoña, mientras en Mondoñedo se abre una nueva ventana al infinito, su nombre: Esther Eiros.