Nuestro compañero Miguel A. Fuente Calleja de la APRTV Asturias nos envía su artículo gastronómico: Desarme en Oviedo

por Redacción

19 de octubre, día del Desarme en Oviedo, fiesta gastronómica por excelencia en la muy noble, muy leal, invicta, heroica, buena, benemérita…y culinaria ciudad de Oviedo y no sólo de la capital pues es la cita gastronómica que más se extendió por la geografía astur en los últimos años, gracias a la labor de la Asociación Empresarial de Hostelería de Asturias sin necesidad de irse con las perolas de cuchipanda a FITUR como era costumbre.

Estamos ante la fiesta ovetense más popular en torno a una mesa y eso que todas las fiestas están en torno a una mesa, incluso las de vigilia que ya es decir. Y de una vigilia tuvo que haber salido este menú de garbanzos con espinacas y bacalao, al que más tarde, para darle mayor contundencia, le añadieron los callos, tal y como indica el periodista Juan de Lillo en uno de sus documentados libros sobre Oviedo, en el cual incluye un anuncio de prensa donde refleja textualmente el menú del Desarme y Callos, al igual que escribió Adolfo Casaprima en su libro “Historia del Desarme”, por lo que consideramos que el incluir callos fue un añadido festivo, porque ya me dirán, quien elaboraba un menú como este a diario, bien fuese en Llanera o en el convento de Santa Clara, donde algunos cronistas sitúan el banquete que desarmó a las tropas, unos hablan de las isabelinas sobre la columna del general Sanz que tuvo menos fortuna que el también general Tomás Zumalacárregui que en la primera guerra carlista degustó en un caserío navarro la primera tortilla de patatas de la que se tiene constancia -y no precisamente congelada- que le elaboró una campesina que no tenía en su casa más que patatas, huevos y aceite. ¡Buen invento, buena imaginación y mucha leyenda! Otros amigos de llevar la contraria a lo conocido, señalan su cuna por tierras extremeñas ¡da lo mismo el acierto fue pleno!

“Y de una vigilia tuvo que haber salido este menú de garbanzos con espinacas y bacalao, al que más tarde, para darle mayor contundencia, le añadieron los callos”

Tampoco me parece muy importante la procedencia de la celebración, pero si que está bien inventada y de lo contrario habría que inventarla, y por supuesto, que estamos ante una leyenda bélica no lo pone nadie en duda, pero con leyenda y sin ella, es la fiesta más extendida en los últimos años -como ya queda dicho- por nuestra geografía astur y ahora más aún, refrendada por los profesionales hosteleros que han creado Cofradía para representar a la ciudad y bien que lo vienen haciendo, en Cantabria o en Madrid donde presentaron el menú que nos ocupa y es que hablando de la manducatoria, el éxito está asegurado aquí y en el foro madrileño, no nos vayamos a confundir de denominación. Ahora solo les falta presentarlo en los países hispanos, en la O.N,U. o en la C.E.E. todo se andará.
Lo dicho: Oviedo también culinaria.

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