Alberto Barciela.
Con la serenidad de las mareas calmas en las rías, los gallegos expresaron su parecer en las urnas. Lo hicieron con libertad y en democracia, obviando la marea de contaminación mediática, la prisa por crear otro “Prestige” y un debate nacional sobre amnistías e indultos. En esta campaña fuimos víctimas de un sistema perverso, propuesto por los mismos que nos intentaron inundar de pellets llegados de unos contenedores que alguien, algún día, nos explicará quién lanzó al agua y, lo más difícil, como pudieron abrirse.