Las labores de rescate continúan en Marruecos tras el devastador terremoto que ocurrió el pasado viernes y que ha dejado casi 2.500 víctimas mortales. Los equipos de rescate, ahora con el apoyo de la comunidad internacional, están trabajando incansablemente en la búsqueda de personas desaparecidas.
Según los últimos informes del Ministerio del Interior marroquí, las muertes se han registrado en varias provincias, siendo las más afectadas Al Haouz, cerca del epicentro, con 1.452 fallecidos, seguida de Taroudant con 764 víctimas mortales y Chichaoua con 202 muertos.
El Gobierno de Marruecos está considerando solicitar más ayuda internacional a medida que avanzan las operaciones de rescate. Han aceptado la ayuda de cuatro países hasta el momento: España, Catar, el Reino Unido y Emiratos Árabes.
España ha enviado su equipo de Búsqueda y Rescate Urbano de la UME, que llegó a Marrakech para operar en los lugares más afectados por el terremoto. Además, la ministra de Defensa española en funciones, Margarita Robles, ha expresado su disposición a enviar más efectivos si fuera necesario.
Paralelamente, los ciudadanos marroquíes de diversas localidades se han movilizado para ayudar a los sobrevivientes del terremoto. Han enviado suministros como ropa, mantas y alimentos a las áreas afectadas, demostrando una gran solidaridad en momentos difíciles.
Algunas aldeas montañosas cerca del epicentro, como Anamir, Tiguirst, Taghzut y Taurirt, siguen aisladas y carecen de ayuda básica, lo que ha generado preocupación entre los residentes locales. En una de estas aldeas, Taurirt, una mujer dio a luz al aire libre sin acceso a un hospital.
El terremoto, con una magnitud de 6,8, sacudió varias provincias del sur de Marruecos el pasado viernes, siendo su epicentro en la localidad de Ighil, a 63 kilómetros al suroeste de Marrakech, una de las principales ciudades turísticas del país.