Alberto Barciela. Periodista.
Sobreactuada y mística. España, tierra alegre, acostumbra a ser el peor de sus espejos y las más exagerada de sus heridas. Endogámica, pluricultural y latina, la piel de toro se extiende en sus diferencias, se humilla con frecuencia y lamenta su propio ser, cuando lo cierto es que en su variada riqueza histórica, cultural, geográfica o económica, tiene uno de su mayores tesoros, en el que la situó entre los grandes imperios y hoy entre las naciones principales de una Europa, enclaustrada también en sus propios complejos, compleja en su continentalidad, pero esencial eje mundial.